Rodríguez de Berlanga (2001:100) ve en 1905 unas 70 piletas distribuidas por la falda meridional de la ladera de la Alcazaba; eran cuadradas con los ángulos redondeados, recubiertas de opus signinum, y se distribuían suavemente escalonadas por la pendiente. En algunas se encontraron restos de espinas de pescado y caracoles vacíos, rotos siempre por el mismo lugar de la concha.
Una pileta semejante, excavada en la roca, está a la salida de la Puerta del Cristo de la Alcazaba; otra apareció en la calle Alcazabilla en 1915 y, en 1975, aparecieron restos de otra, hecha de mampostería y con opus signinum, en una zanja abierta entre el edificio de la Aduana y la Alcazaba (Rodríguez Oliva 1976 : 58), siguiendo a la topografía del terreno para aprovechar las curvas de nivel.
En la intervención que realizaron Chacón y Salvago en el edificio de Correos Viejo para su adecuación como sede del Rectorado de la UMA, documentaron 38 piletas agrupadas siguiendo la orografía del terreno que aprovecharon las curvas de nivel. Se documentan varios momentos de construcción de las distintas piletas, en muchos casos reutilizando la misma con sucesivas reparaciones, mientras que en ocasiones fueron amortizadas para conseguir otras más pequeñas.
Aparecen excavadas en la roca, sobre la que se dispone un empedrado que regulariza la superficie, con muros de mampostería de cantos y arcillas; varias capas de opus signinum para proporcionarle solidez e impermeabilidad. Los ángulos redondeados, los fondos están realizados por rellenos en cuarto de círculo en relieve, y no poseen ninguna evacuación.
Se han documentado unas más antiguas que están conservadas sólo a nivel de cimentación, de grandes dimensiones, excavadas en los esquistos, con los muros realizados a base de pequeñas lajas de pizarra de 70 cm. de ancho unidas con barro, con sillares marcando las esquinas, para el soporte de los pilares a fin de sostener las techumbres de madera, cubiertas generalmente con tegulas. Otra batería aparece amortizando otras anteriores, comprobando su sistema constructivo, al estar a su vez amortizando el muro fenicio; la base de los muros de estas piletas se realizan en sillarejos de pequeño tamaño, en piedra de toba o travertino, para dar más solidez a la construcción.
Destaca la pileta 11, colmatada por un material cerámico más antiguo y con fragmentos de estucos parietales, que por sus características tiene un interés especial: con un reborde característico conservada en toda su altura (1,70m), y las ondulaciones típicas en la pared, un opus signinum de gran calidad, y amortizada por otras piletas de construcción posterior y por el propio macizado de la muralla árabe.
Una plataforma de pizarra conformaría el eje de distribución sobre el que se articularía el trabajo de la factoría, con la recepción, limpieza y despiece del pescado.
Se tomaron muestras ictiológicas que se encuentran depositadas en el Museo de la ciudad, pero ha sido imposible acceder a ellas para su análisis.
Siglo II hasta la segunda mitad del VI.
El momento de abandono de la factoría de Correos Viejo está definido por un material muy tardío que nos enmarca su abando en el siglo VI (T.S.A. D, ánforas Keay LXI, dolia y grandes contenedores, y abundancia de marmitas con un repertorio muy variado).
Pilar Corrales Aguilar, «Alcazaba / Correos Viejo (ladera meridional) (Málaga, Spain)», RAMPPA, Atlantic-Mediterranean Excellence Network on Ancient Fishing Heritage (http://ramppa.uca.es/cetaria/alcazaba-correos-viejo-ladera-meridional), 28 November, 2016.